domingo, 11 de marzo de 2012

Tiempo al tiempo, mi amor, 
y así nos aseguramos de tenerlo un poco menos en cuenta.
Y brindamos mejor con un beso y un abrazo
para celebrar su paso cada tanto...

Se nos pierde la costumbre 
de disfrutar los momentos que pasamos,
día a día, tarde a tarde, noche a noche, 
tiempo al tiempo, mi amor.

Tan ambiciosa como ansiosa puede tornarse la mente,
tan reflexiva como influyente...
Organiza, clasifica, ordena, sí, 
pero a la vez limita.

Daño al daño,
también las heridas mas profundas se vuelven superficiales
ahí al fondo no importa cuán hondo calen,
ni si sangran ni si dejan cicatrices, 
ahí al fondo de tu vida todo da igual.

Cambia fondo por adentro
es dentro tuyo que esta el fondo de tu vida.
Sentite parte del todo, acomodate 
y daño al daño también, mi amor, 
vuestra impaciencia es la que embarra 
todo el terreno del juego que no dejamos de revisar.
Lo único real del tiempo 
es que pasa como la vida misma, pasa.

¡No perdamos la costumbre de ir adentro nuestro cada tanto,
a ver qué tan felices somos, 
ahí al fondo todo se conecta de algún modo,
todo fluye, todo cambia, todo!

No hay consumo, no manda la plata, 
y si hemos caído bajo en el más profundo fondo, 
todo se conecta de algún modo.
¿Y te sorprende, mi amor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario